

El desierto que nutre
En Timimoun, la luz del Sahara no quema; modela una tierra roja y mineral, fértil como un lienzo vivo donde cada semilla guarda una promesa.
En Tinerkouk, nuestros tomates crecen en suelos ricos en ácido málico y azúcares naturales, entregando un sabor profundo y concentrado, lleno de vida y carácter.
El sol del desierto los seca suavemente; en solo treinta y seis horas, sin humedad, sin energía fósil, su sabor permanece intacto y pleno, como la esencia misma del Sahara.